Hola mi hermosa tribu, buenos días. Hoy les comparto mi participación en la iniciativa de nuestra brujita Marcia (@brujita18), que se titula: Iniciativa: ¿Cuál ha sido tu peor cita romántica?, y a la que me gustaría invitar a mis amigas @evev y @tere.alv.

Me casé muy temprano, a los 20 años, y se podría decir que mis grandes aventuras de amor se concentraron en mi adolescencia, época en que mi inquietud y mis travesuras formaban parte de mi día a día, pero siempre por recomendaciones de las mayores de mis amigas, y de las mamás de todas, me cuidaba de cualquier situación que yo considerara altamente peligrosa… o sea, todo aquello que nos indicara alerta roja, jajaja, a mí me hacía salir corriendo del sitio. Creo que muchas coincidimos en que los amores en los años 80 eran extremadamente sanos e inocentes, y hablábamos de novios, admiradores, y enamorados, donde la palabra más extrema era “el empate”, y lo más lejos que llegábamos las chicas era a los besos… cuando sentíamos que la situación se tornaba medio intensa, nos inventábamos cualquier cosa para poner un PARE, y huir.

Tuve citas de amor muy chistosas, otras bastante tiernas, gracias a Dios siempre con respeto y nadie quiso pasarse de listo, en resumidas palabras, nada sucedía si yo no lo permitía, pero siempre había uno que otro que con su labia y su discurso bien armado, intentaba tirar el anzuelo a ver si pescaba algo. También surgieron situaciones donde muchas suspiraban por el más bello de la ciudad, y si alguna de nosotras terminaba siendo su novia, ya casi era una diosa, jajaja, que ideas tan maravillosas las que tejíamos en nuestras cabecitas en aquella época dorada.

Dos anécdotas de aquellos tiempos de juventud se las voy a relatar, porque ahora las pienso después de muchos años y de verdad que me da mucha risa imaginar los líos en los que podía meterme sin saberlo, y la suerte que tuve de salir ilesa de todos.

Tenía 15 años, recién había recibido mi primer beso, y fue tan bella la experiencia que la quería repetir constantemente. Mi noviecito vivía al lado de mi casa, y casi siempre estábamos juntos en medio de todos los amigos que vivían en el entorno, nunca estábamos solos aunque nos íbamos juntos al liceo, y pasábamos horas conversando en el jardín de alguna de las dos casas. Una tarde de esas en las que pareciera que todos los elementos se ponen de acuerdo, quedamos en ir a su casa a ver películas, algo que siempre hacíamos en grupo, pero comenzó a llover muy fuerte y nadie fue, sólo estábamos él y yo en su casa “viendo películas”, la cita perfecta que después supe que estuvo arreglada para quedarnos solos, y llegaron los ricos besos, jajaja, que me encantaban por cierto, pero no cruzó por mi mente que estaba pisando zona peligrosa. Sólo bastaron unas palabras para que mis antenitas de vinil detectaran el peligro: “Si de verdad me amas, dame una prueba de tu amor”. Decir él eso, y yo abrir los ojos como unos huevos fritos, fueron dos cosas simultáneas, y en menos de un par de segundos ya yo iba corriendo hacia mi casa bajo el aguacero, que ya eran dos, porque lo que me acababan de lanzar era un balde de agua helada. Nunca terminamos nuestro noviazgo, su idea de cita perfecta fue un fracaso, y nuestros amigos incómodos porque no nos hablábamos y ya no compartíamos momentos en grupo como antes. Nos volvimos a hablar años después cuando me casé, y seguimos siendo amigos, por supuesto, me pidió una disculpa agregando que la había “embarrado” porque yo era diferente y por culpa de eso me perdió.

La otra anécdota es un poco complicada, porque llevaba tiempo enamorada de un muchacho varios años mayor que yo, era literalmente hermoso y yo me quedaba siempre prendada de una cara bonita. Cerca de mi casa vivía una de sus hermanas con su esposo e hijos, y él siempre venía a visitarla con su familia. Era obligatorio pasar frente a mi casa porque yo vivía entrando a la urbanización, y él parecía que era quien le hacía los mandados a la hermana todos los días. Cuando yo sentía que el carro pasaba, soltaba lo que estaba haciendo y corría dizque a limpiar el jardín, regar las plantas, bañar al perro, cualquier cosa frente a la casa, jajajajaja, porque ya sabía que iba a pasar de regreso. ¡Ay Dios! Aquella sonrisa iluminaba todo, qué cosa más bella, y por supuesto, yo parecía una vela en pleno sol a más de 40º. Y después de casi abrir un hueco en mi calle, se detuvo un día a conversar, se presentó, y le dijo a mi mamá: “Señora, le pido permiso para visitar a su hija”. Mis amigas presentes al igual que yo teníamos caras de bebé babeado.

Así que entre una visita y otra, por fin me invitó a salir, y yo feliz. La cita fue en el cine, otro día fuimos a una fuente de soda, después a una fiesta de amigos, hasta que el momento esperado llegó cuando me pidió en esa fiesta, que fuera su novia. Acepté de inmediato, hasta que días después otro chico que me enamoraba anteriormente, me contó que el muchacho con el que yo estaba saliendo era bisexual. Yo no le creí, pensé que me lo decía por maldad y celos. Pero tristemente me lo comprobó incluso con testigos que conocían a su otra pareja, y que para completar, yo también lo conocía. En ese momento de mi vida, prácticamente una niña, y con la poca información que yo recibía, mi mente era más cerrada que un candado viejo, pero hoy en día entendí su perspectiva de la vida; mi novia y quizás esposa ante el mundo, y mi pareja hombre de manera clandestina, tal vez algo así, que en aquel momento jamás habría entendido aunque me lo explicaran con peras y manzanas, pero que hoy por hoy, no sólo lo entiendo y comprendo, sino que respeto a quienes lo viven porque es su derecho a amar como ellos se sientan felices.

Con estas dos anécdotas de mi adolescencia concluyo mi participación, esperando que las disfruten, y deseándoles a todos un feliz jueves de recuerdos.

Hello my beautiful tribe, good morning. Today I share with you my participation in the initiative of our little witch Marcia (@brujita18), which is entitled: Initiative: What has been your worst romantic date?, and to which I would like to invite my friends @evev and @tere.alv.

I got married very early, at the age of 20, and you could say that my great adventures of love were concentrated in my adolescence, a time when my restlessness and my mischief were part of my daily life, but always by recommendations of the oldest of my friends, and the moms of all, I was careful of any situation that I considered highly dangerous ... that is, anything that indicated us red alert, hahaha, to me it made me run away from the site. I think many of us agreed that love in the 80's was extremely healthy and innocent, and we talked about boyfriends, admirers, and lovers, where the most extreme word was "the tie", and the farthest we girls would go was kissing... when we felt that the situation was getting intense, we would invent anything to put a STOP, and run away.

I had very funny love dates, others quite tender, thank God, always with respect and nobody wanted to be too smart, in short, nothing happened if I did not allow it, but there was always one or the other who with his lip and his well-armed speech, tried to throw the bait to see if he caught something. There were also situations where many of us sighed for the most beautiful guy in town, and if one of us ended up being his girlfriend, she was almost a goddess, hahaha, what wonderful ideas we weaved in our little heads in those golden days.

I am going to tell you two anecdotes from those times of my youth, because now I think about them after many years and it really makes me laugh to imagine the trouble I could get into without knowing it, and how lucky I was to get out of all of them unscathed.

I was 15 years old, I had just had my first kiss, and the experience was so beautiful that I wanted to repeat it constantly. My boyfriend lived next door to my house, and we were almost always together in the midst of all the friends who lived nearby, we were never alone although we went to high school together, and we spent hours talking in the garden of one of the two houses. One of those afternoons when it seems that all the elements agree, we agreed to go to his house to watch movies, something we always did as a group, but it started to rain very hard and nobody went, only he and I were at his house "watching movies", the perfect date that I later learned was arranged to stay alone, and the rich kisses came, hahaha, I loved it by the way, but it did not cross my mind that I was stepping on dangerous area. Just a few words were enough for my little vinyl antennas to detect the danger: "If you really love me, give me a proof of your love", and when he said that, and I opened my eyes like fried eggs, they were two simultaneous things, and in less than a couple of seconds I was running home under the downpour, which were already two, because what they had just thrown at me was a bucket of ice water. We never ended our courtship, his idea of the perfect date was a failure, and our friends were uncomfortable because we didn't talk to each other and we didn't share group moments like we used to. We spoke again years later when I got married, and we remained friends, of course, he apologized to me adding that he had "messed up" because I was different and because of that he lost me.

The other anecdote is a bit complicated, because I had been in love for some time with a boy several years older than me, he was literally beautiful and I was always in love with a pretty face. Near my house lived one of his sisters with her husband and children, and he always came to visit her and her family. It was obligatory to pass in front of my house because I lived at the entrance of the urbanization, and he seemed to be the one who ran the errands for his sister every day. When I felt the car passing by, I would stop what I was doing and run to clean the garden, water the plants, bathe the dog, anything in front of the house, hahahahahaha, because I knew he was going to come back. Oh God! That smile illuminated everything, what a beautiful thing, and of course, I looked like a candle in the sun at over 40º. And after almost opening a hole in my street, he stopped one day to talk, introduced himself, and said to my mom: "Madam, I ask permission to visit your daughter". My friends present as well as I had drooling baby faces.

So between one visit and another, he finally asked me out, and I was happy. The date was at the movies, another day we went to a soda fountain, then to a party with friends, until the expected moment came when he asked me to be his girlfriend. I accepted immediately, until days later when another guy I had a crush on before, told me that the guy I was dating was bisexual. I didn't believe him, I thought he was telling me out of malice and jealousy. But sadly he proved it to me even with witnesses who knew his other partner, and to top it off, I knew him too. At that time of my life, practically a child, and with the little information I received, my mind was more closed than an old padlock, but today I understood his perspective of life; my girlfriend and maybe wife before the world, and my male partner in a clandestine way, maybe something like that, that at that time I would have never understood even if they explained it to me with apples and pears, but that today, I not only understand and understand it, but I respect those who live it because it is their right to love as they feel happy.

With these two anecdotes of my adolescence I conclude my participation, hoping you enjoy them, and wishing you all a happy Thursday of memories.

FUENTES DE IMÁGENES - IMAGE SOURCES:

1) Cita/pareja - Pixabay
2) Pareja/besos - Pixabay
3) Pareja acostada/abrazo - Pixabay