Virtud Inquebrantable (SUNO)
by Hilaricita on Hilaricita
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Jueves 14 de Agosto, 2025.
La honestidad no es solo decir la verdad, es una forma de estar en el mundo sin disfraces innecesarios. No se trata de soltarlo todo sin filtro, sino de vivir con coherencia entre lo que se piensa, lo que se siente y lo que se hace. A veces es incómoda, porque puede incomodar a otros o ponernos en situaciones difíciles, pero esa incomodidad es también la que depura y fortalece los vínculos. Con una persona honesta sabes a qué atenerte; no hay que descifrar mensajes ocultos ni temer a la traición silenciosa.
Sin embargo, la honestidad requiere delicadeza, porque la verdad dicha sin cuidado puede convertirse en herida. No es un arma, es un puente. Quien elige ser honesto asume que no siempre será comprendido, pero también entiende que la transparencia es la base sobre la que se construye la confianza real. Y aunque no siempre recibas lo mismo a cambio, la honestidad tiene esa extraña forma de volver a ti, como una certeza tranquila que acompaña en cualquier lugar donde estés.
La honestidad como virtud tiene raíces tan antiguas como la propia vida en comunidad. Antes de que existieran códigos escritos o leyes formales, las personas dependían de la palabra y de la reputación para sobrevivir. En las primeras aldeas, cuando el trueque era la base del intercambio, la confianza era tan valiosa como el alimento o el abrigo. Quien engañaba, no solo perdía el respeto, sino también el sustento, porque nadie quería tratar con alguien cuya palabra carecía de valor. Con el tiempo, las civilizaciones comenzaron a registrar sus normas, y allí la honestidad apareció como una exigencia moral.
En textos sumerios, egipcios y en las enseñanzas de filósofos griegos y romanos, la verdad se asociaba a la justicia y al orden social. En muchas culturas antiguas, mentir era visto como una ruptura del equilibrio, casi como un acto que podía atraer desgracias, no solo personales, sino colectivas. Incluso las tradiciones espirituales, desde las más antiguas hasta las más recientes, han insistido en que la honestidad no es solo un deber hacia otros, sino hacia uno mismo, porque la mentira interna, la que nos contamos para justificar lo que sabemos que está mal, es la más difícil de desenmascarar. Así, la honestidad ha viajado de generación en generación, adaptándose a los tiempos, pero siempre conservando ese núcleo esencial: ser fiel a la verdad, aunque cueste.
En la modernidad, la honestidad ha tenido que abrirse paso entre matices más complejos. Vivimos rodeados de información, opiniones y apariencias que compiten por ser creídas, y en medio de ese ruido, la verdad puede diluirse o disfrazarse para agradar, vender o convencer. La presión social y económica ha normalizado pequeñas mentiras que se justifican como “estrategias” o “diplomacia”, y en ciertos contextos, la transparencia total hasta se considera ingenua.
Sin embargo, eso no significa que la honestidad haya perdido valor; al contrario, en un mundo saturado de falsedad, quien es capaz de sostener su palabra con integridad se vuelve un faro raro y buscado. Lo curioso es que hoy la honestidad se enfrenta también a un reto interno: no solo debemos ser sinceros con los demás, sino aprender a serlo con nosotros mismos, resistiendo la tentación de creernos nuestras propias excusas.
El acceso constante a la opinión pública y a la aprobación digital ha creado un escenario en el que se puede mentir con estilo y recibir aplausos por ello, pero ese brillo es frágil y efímero. Tal vez por eso, cuando alguien se muestra auténtico sin artificios, se percibe como un acto de valentía. En esta era, ser honesto no es simplemente decir la verdad, es resistir a la seducción de lo falso cuando lo falso parece más rentable o cómodo.
La honestidad en las relaciones humanas es como el aire limpio: invisible, pero imprescindible. Sin ella, la confianza se vuelve frágil, casi de cristal, y cualquier grieta puede quebrarla por completo. Decir la verdad, incluso cuando incomoda, es un acto de respeto hacia el otro, porque implica reconocer su derecho a conocer la realidad y decidir en consecuencia. La mentira, en cambio, roba ese derecho y siembra dudas que crecen en silencio.
Ser honesto no significa ser brutal ni descuidado con las palabras; es posible hablar con franqueza y a la vez con compasión, buscando construir en lugar de destruir. En una relación —sea de amistad, amor, familia o trabajo— la honestidad no es un lujo, es la base sobre la que todo se sostiene. Y aunque duela a veces, a la larga fortalece, porque saber que puedes confiar en alguien, y que ese alguien puede confiar en ti, es una de las formas más puras de paz que podemos ofrecer y recibir.
La honestidad no garantiza que todo sea perfecto, pero sí asegura que lo que se construya sea real, y lo real siempre tiene más fuerza para perdurar.
Está fue la canción que le pedí a SUNO:
"Virtud inquebrantable"
Verso 1:
Entre los espejos y voces prestadas,
camino despacio, sin máscaras raras.
La verdad me pesa, pero no me rompe,
es el hilo invisible que me sostiene.
Verso 2:
En aldeas antiguas, en manos abiertas,
la palabra valía más que las monedas.
Hoy la guardo viva, aunque cueste el alma,
porque la mentira nunca trae calma.
Estribillo:
Honestidad, faro encendido en la niebla,
luz que no miente, fuego que no tiembla.
Honestidad, abrazo limpio y eterno,
puente que cruza el miedo y lo incierto.
Verso 3:
No se trata de herir, sino de ser claros,
de hablar con respeto, de ser sinceros.
La confianza nace en un gesto pequeño,
y se rompe fácil si no la cuidamos.
Estribillo:
Honestidad, faro encendido en la niebla,
luz que no miente, fuego que no tiembla.
Honestidad, abrazo limpio y eterno,
puente que cruza el miedo y lo incierto.
Puente:
A veces duele, a veces calla,
pero siempre regresa con la mirada.
Lo real perdura, lo falso se apaga,
y la verdad es quien nos abraza.
Cierre:
Honestidad… mi casa, mi tierra,
mi palabra que no se quiebra.
Honestidad… semilla y raíz,
camino que siempre elegí.
🎵 🎶 🎶 🎶 🎵 🎼 🎼 ♬ ♫ ♪ ♩
Esta fue una canción de Jueves.
Gracias por pasarse a leer y escuchar un rato, amigas, amigos, amigues de BlurtMedia.
Que tengan un excelente día y que Dios los bendiga grandemente.
Saludines, camaradas "BlurtMedianenses"!!