A veces pensamos que para entrenar se necesita demasiado tiempo o recursos, pero en realidad lo único que hace falta es tomar la decisión. Con un solo momento basta, es cuestión de pararse y decir: “hoy voy a entrenar”. Mucha gente se mueve solo por motivación, por incentivo o porque alguien más los convidó, pero la verdad es que esto va mucho más allá de eso. Se trata de disciplina, de constancia y de entender que esto también es un estilo de vida.

Hoy quiero compartirles un poco de lo que fue mi entrenamiento, un día que decidí enfocarlo en el cardio, no solo para mejorar la salud sino también para descargar las articulaciones que a veces cargan con tanto esfuerzo. En esta ocasión trabajé ejercicios básicos de calistenia y combiné con salto de cuerda, un movimiento que parece sencillo pero que exige bastante coordinación, resistencia y control del peso corporal. Todo esto lo hago con un objetivo claro: mantenerme activo, cuidar mi cuerpo y seguir empujando mis propios límites.

La verdad es que no es fácil. Entre responsabilidades, trabajo y las cosas del día a día, uno siempre anda con el tiempo contado. Sin embargo, aprendí que aunque sea media hora, aunque sea una hora, siempre se puede sacar el espacio para entrenar. Y ese espacio se convierte en un desahogo, en una manera de crecer tanto física como mentalmente. Porque más allá de lo estético, el entrenamiento me ha enseñado disciplina, paciencia y constancia.

Hoy puedo decir con toda certeza que lo logré, que terminé mi sesión superando el cansancio, superando la flojera y dándole gracias a Dios por la oportunidad de seguir construyendo este camino. Quiero mostrarles unas imágenes que reflejan ese trabajo organizado, el esfuerzo y el empeño que hay detrás de cada repetición, de cada salto y de cada gota de sudor.

Este reporte se los comparto con la intención de motivarlos. No se trata de compararse con nadie, sino de entender que cada quien tiene su propio proceso y que lo importante es dar ese primer paso. Yo estoy convencido de que cualquiera puede lograrlo si toma la decisión de hacerlo. No hay excusas, siempre se puede.

Gracias por el apoyo de siempre, de corazón. Espero que este mensaje los anime a levantarse, a entrenar y a ser más constantes. Y créanme, al final vale la pena cada esfuerzo. Nos vemos en la próxima.

Actividad diaria, Calistenia, Caminar, Saltar a la cuerda