La controversia sobre el triunfo de Lusitano en el Simón Bolivar

Luego del resonante triunfo de este valiente purasangre, no pasó mucho rato para que saliera el grupo que ve todo nublado, la cuadrilla de detractores que ya no perciben el vaso medio vacío sino vacío, a despotricar del hipismo venezolano y a menospreciar la calidad de ese buen corredor y la de todos los que participaron en el Clásico Simón Bolívar.

Dicen que nuestros caballos de hoy son puros "burros" porque dizque 2:33 3/5 para los 2400 metros es un tiempo mediocre con respecto a los que se empleaban en otras épocas.

Debe ser que se acostumbraron a los cronos que se agenciaban en la vía expresa que una vez fue la pista de La Rinconada; una autopista de concreto donde todos los días se quebraban ejemplares a granel, tanto en las carreras como en los traqueos.

Y es que, si revisamos la historia del SB, y obviamos ese período de la "Bajada de Tazón" (2000-2010) cuando se hizo común el 2:29 para la milla y media, encontraremos registros reales muy buenos, o buenos, como el de ayer.

Lusitano, sobre una pista "normal", bien trabajada y adecuada para preservar la salud de nuestra caballada, logró igualar el tiempo de Jib Dancer (1997) y Squeeze Play (2011); mejoró a Climalba (1991), Salt Lake (1983), Chao (2013) y Kabakán (1984); y estuvo relativamente cerca de Don Fabián (1990), Tap Daddy (2018) y El Gran Sol (1995).

Mi humilde opinión es que nuestros caballos de hoy siguen teniendo buena calidad porque la sangre está allí, los sementales, las yeguas madres, las tierras, amén de que nuestros muy capacitados criadores, médicos veterinarios, entrenadores y cada profesional que participa en esta hermosa actividad siguen haciendo su mejor trabajo a pesar de las circunstancias.

Entendamos que a la hora de hacer comparaciones debemos ser sensatos y no medir a los mejores purasangres de la actualidad contra fenómenos como Negresco, Catire Bello, My Own Business, Gelinotte, Bambera o Water Jet.

Cerramos diciendo que los tiempos siempre serán relativos y poco confiables, y así como sirven para desvalorizar también pueden servir para enaltecer.