Saludos amigos de hiveswc

Ayer disfrutamos de una tarde encantadora en compañía de mi esposa y mi hijo Emiliano. Decidimos salir a estirar un poco las piernas y compartir un buen momento juntos. El destino fue Judibana, un lugar tranquilo y acogedor donde siempre es grato pasear.

Nuestra primera parada fue el Café Cuatro Estaciones, un rincón especial donde el aroma del café recién colado te envuelve con calidez. Compartimos una taza de café delicioso que nos reconfortó el cuerpo y el alma. Fue uno de esos pequeños placeres que se disfrutan más cuando se saborean con quienes uno ama.

Después del café, nos dirigimos a buscar algo que encantara a Emiliano: unos ricos helados. Nada como ver la sonrisa de un niño saboreando su dulce favorito. Los tres disfrutamos de ese momento sencillo pero lleno de alegría. Luego aprovechamos para caminar por Judibana, conversando, observando la gente, disfrutando de la brisa y viendo cómo el sol comenzaba a esconderse en el horizonte. El atardecer tiñó el cielo de tonos cálidos que nos llenaron de paz.

Ya de regreso en casa, preparamos juntos la cena. Entre risas, cuchillos, aromas y sazones, todo fluyó con armonía. Fue una tarde productiva no solo por lo que hicimos, sino por lo que compartimos. Esos momentos cotidianos son los que nutren el alma y fortalecen los lazos familiares.

Sin duda, una jornada activa en cuerpo y corazón.