Saludos amigos de hiveswc

Un dia radiante en Paraguaná, el cielo despejado prometía un día perfecto para una pequeña aventura en familia. Salimos temprano rumbo al Sambil, con el bebé en brazos y una bolsa con pañales, juguetes y todo lo necesario para una jornada llena de risas y descubrimientos.

Desde que entramos al centro comercial, los colores y sonidos captaron la atención del bebé, que observaba todo con ojitos curiosos. Caminamos por los pasillos, disfrutando del aire fresco y el ambiente animado. Al llegar al parque de niños, fue como si se encendiera una chispa: el bebé empezó a mover las piernitas con emoción y soltó una carcajada cuando lo sentamos en los columpios.

Jugó con otros pequeños, gateó por el túnel acolchado y se lanzó por una mini resbaladilla con una sonrisa que nos llenaba el alma. Después de un buen rato de juegos, nos dirigimos a la zona de comidas, donde una vitrina llena de helados de colores nos llamó la atención.

Le pedimos un helado suave de vainilla, y aunque al principio solo lo miraba curioso, terminó relamiéndose los labios con entusiasmo tras su primera probadita. Un momento tan simple, pero inolvidable.

Ese día en el Sambil no fue solo una salida más, sino un pequeño capítulo de alegría y unión familiar que guardaremos con ternura en nuestros corazones.