Yari de oro

Yarisley Silva compite en los Juegos Panamericanos de Lima en 2019/ Foto: José Tito Meriño

Ahora que los Juegos Panamericanos están ahí, a la vuelta de la esquina. El recuerdo de Lima se hace impercedero. En La Videna el Atletismo cubano ganó cinco títulos, casi todos, de una forma espectacular.

Hoy rescato lo que escribí sobre el vuelo dorado de Yarisley Silva.

Hubo una vez, allá por el año 2009, en que la rusa Elena Isinbayeva (exatleta de salto con pértiga) pretendió saltar 4.96 metros, pero al errar dos veces apostó por subir el listón un centímetro más y lo consiguió. Ese mismo día saltó también 5.00 metros por primera vez en pista cubierta y ambas alturas, la de 4.97m y los consabidos 5 metros, se inscribieron como cotas universales de esta especialidad.

Claro, Elena solo se jugaba la oportunidad de aumentar su estela de plusmarcas del orbe, Yarisley Silva no. A Silva, en ese brinco sobre 4.75m, le iba un pedazo de vida. Y en esas circunstancias lo hizo, así, sin más.

El salto es el reflejo de lo que ha sido su vida deportiva. Una carrera esculpida sobre la sensación de correr peligro; con la presión descomunal que se siente al saber que quizás no vas tener otra oportunidad. De demostrar que era capaz de hacer historia en una modalidad en la que nuestra isla era una perfecta desconocida. Y eso siempre se impone.

Silva es especialista en resolver concursos difíciles. Está en sus genes; en ello se sustenta su legado. Porque el ir por donde no hay caminos y tener la claridad suficiente para dejar un sendero no es precisamente algo que se pueda aprender. Es un don, de esos con los que se nace.

Yarisley Silva conquistó su tercer título panamericano, al hilo. Ganó en Lima para sumar su cuarta medalla en igual número de participaciones en estas lides pues con 20 años, ganó el bronce en Río de Janeiro 2007.

Sobres sus hombros descansa la historia trascendente de Cuba y el salto con pértiga. Hubo precursores, Agnerys Gispert y Katiuska Perez que siempre leen mis líneas son algunas de ellas, y ha habido sucesoras pero Silva llegó, se afianzó y se aseguró un cupo a la eternidad. No solo por sus marcas e hitos, sino por esa manera tan espectacular de conseguirlos.

Ahora que los Juegos Panamericanos están ahí, a la vuelta de la esquina. El recuerdo de Lima se hace impercedero. Y a Yarisley se le extraña.



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Extrañamos tantas cosas Lilian Cid... Pero sí, aquí y ahora, sobre todo a Silva, una competidora letal que tiene quien le escriba y le dé todavía más brillo a una carrera impresionante.

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