Los amantes de la Vinotinto del fútbol, hemos tenido la oportunidad de vivir dos partidos muy interesantes. Obviamente, cada uno con sus contrastes y diferencias bastante marcadas. Después del fracaso en las aspiraciones al repechaje mundialista, algunos pudieran pensar que seguir a la selección posteriormente podría ser incluso masoquista, pero lo cierto es que el fútbol nunca se acaba. A pesar de los fracasos o victorias, siempre toca renovar lo anteriormente hecho o mejorarlo. Es así que, mientras podamos, siempre vamos a apoyar a la selección de turno.

La noche de ayer, la selección mayor disputó un partido amistoso contra la mundialista Australia, una selección que históricamente no es potencia, pero que siempre está presente en los papeles. Han hecho alguna que otra actuación interesante en mundiales y, sin duda, tienen una estructura futbolística que supera a Venezuela. Dicho partido amistoso se disputó en Houston, en Estados Unidos y tenía la particularidad de que la convocatoria venezolana sería totalmente distinta a la que acostumbramos a ver en el ciclo eliminatorio. Era evidente que, luego del fracaso antes mencionado, quienes vinieran a dirigir tratarían de renovar la plantilla para probar nuevos nombres, ya pensando en el siguiente ciclo eliminatorio, que sería para el Mundial del año 2030.

Es así que la convocatoria estaba llena de nombres nuevos, jugadores emergentes, esto también hizo que se generaran algunas polémicas de parte de jugadores que, lamentablemente, no saben sobrellevar un simple ausentismo en una convocatoria para un partido amistoso. Creo que es allí donde debemos mejorar muchos aspectos actitudinales que, sin duda, son limitantes en las carreras de futbolistas que deberían aportar mucho más a la selección, porque sabemos que tienen un gran nivel, pero lamentablemente parece que solo en sus clubes pueden mostrarlo.

Yendo al partido, vimos a una Venezuela bastante inédita jugando bastante bien, con transiciones que no estábamos acostumbrados a ver en el ciclo de "Bocha" Batista. Es muy interesante ver cómo realmente tenemos el potencial de juntarnos como equipo y de generar un juego incluso vistoso ante rivales complicados. No voy a negarles que generó frustración, aunque parezca contradictorio, ver jugar tan bien a la selección venezolana, entendiendo o sabiendo que eso también pudieron haberlo replicado en el ciclo eliminatorio, pero bueno, ya llegará el momento en el que dejemos de lamentarnos por el fracaso para asistir al repechaje.

Lo cierto es que se ganó 1-0, es un resultado que, sin duda, generan buenas expectativas, generan esperanza de que se pueda ir formando una selección ya con nombres nuevos, más jóvenes, que tenga posibilidad de llegar al 2030 en buena forma física y es precisamente parte de lo que vimos anoche. Luego tocará enfrentar a Canadá, selección a la cual recordamos con cierto pesar, ya que fue la selección que nos eliminó de la Copa América en penales. Será un partido, si se quiere, más complicado, ya que Canadá es una selección que ha mostrado cosas más interesantes en los últimos años, pero creo que tenemos la posibilidad de también ganarles.

En el otro frente, teníamos a la selección venezolana sub-17, que se encontraba disputando el Mundial en Qatar. La selección venezolana hizo una fase de grupos bastante buena al derrotar a Haití y a Inglaterra, y al empatar con Egipto, siempre mostrando un juego muy dinámico y muy interesante, en el que un equipo que viene formándose y juntándose de hace muchos meses pudo mostrar cosas bastante buenas. Es así que, como parte de los dieciseisavos de final, enfrentaríamos a una inédita Corea del Norte. Era difícil referenciar jugadores, ya que sabemos que es un país hermético del que poco se sabe, pero ya se traía la referencia de lo que habían hecho en la fase de grupos. Sabemos que, a pesar de que tuvieron dificultades, siempre fueron un equipo físicamente fuerte, con un muy buen oficio y con un par de delanteros que, sin duda, nos sorprendieron a todos.

Sin embargo, Venezuela, con su buen juego, con lo que había mostrado hasta ahora, era favorita para ganar este partido, pero, como el fútbol se hizo para sufrir, pudimos ir disipando esa llama de optimismo que teníamos en tan solo el primer tiempo, mismo que terminó 2-0 a favor de Corea, quienes estaban avasallando a la selección venezolana con un juego físico, con una presión media-alta de la que Venezuela tuvo muchas dificultades para poder salir jugando y para mostrar lo que saben.

Venezuela, a través de la explosividad y de la buena actitud de Sulbarán, pudo contagiarse de buen juego para que llegara el primer gol de Uribe, mismo que llegó desde que ingresó en el primer tiempo con muy buena actitud y con muchas ganas, también siendo un jugador contagiante para los demás. Luego del descuento, o del 2-1, Venezuela cambió totalmente, Corea se vio afectada físicamente; yo sospechaba que no iban a poder aguantar toda esa intensidad que imprimieron en el primer tiempo. Venezuela tuvo varias opciones para empatar el partido, pero, como suele suceder, tenemos dificultades en la definición y eso, a fin de cuentas, nos terminó costando la eliminación. Es así que culminó nuestra participación en el Mundial Sub-17, con expectativas bastante altas, pero con la sensación de estar acostumbrados a que estas cosas ocurran.