Recuerdo que en años anteriores esperaba con ansias cruces de partidos en los que grandes equipos se enfrentaban en instancias definitorias. Y es que, normalmente, en fase de grupos los partidos eran más desiguales, equipos grandes contra equipos pequeños, y si bien es cierto que a veces había sorpresas agradables para el espectáculo, lo que normalmente pasaba era que el equipo grande siempre pasaba de ronda, luego de octavos de final, es que podíamos ver partidos mucho más interesantes.

Hablo, evidentemente, en lo relacionado a la UEFA Champions League y a su nuevo formato, el mismo que se viene usando desde la temporada pasada. Es verdad que he dicho en posts anteriores que el formato es interesante, es propicio para el espectáculo, ya que desde el primer momento estamos viendo muy buenos partidos, cruces interesantes en fase de Liga que, si bien es cierto, no son instancias definitorias, hace que podamos ver buenos partidos e incluso clásicos desde la primera etapa de la competición. Si bien es cierto que lo anterior mencionado juega a favor del espectáculo, hay algo que en las últimas semanas me ha estado inquietando, y es que, poco a poco, en mi caso particular, estoy normalizando esos buenos partidos.

Esta misma semana, por ejemplo, pudimos ver al menos cuatro o cinco partidos entre grandes equipos. Todos en muy buen nivel, todos haciendo lo que saben, pero en cierto punto me sentí saturado. Y es que, como lo es en la vida misma, cuando antes tenías poco de lo bueno, se sentía bien, pero cuando empiezas a recibirlo con mucha frecuencia, ya deja de ser bueno y empieza a ser normal. Creo que eso es lo que a mí me está pasando con el nuevo formato, ya que, como ya mencioné, se presta para que desde las primeras instancias veamos partidos entre equipos grandes y con muy alto nivel.

Entonces bien, probablemente estés pensando que estoy en una contradicción, y es que a pesar de que alego que este formato es bueno, también estoy indicando que me estoy saturando de tantos partidos entre grandes equipos. Pero es que, en realidad, era algo inevitable. Era predecible que tarde o temprano nos íbamos a saturar de tantos partidos, y bueno, repito que, en realidad, estoy hablando de lo que yo siento y de mi caso personal. El calendario futbolístico cada vez se satura más y quienes aman el fútbol podrían estar de acuerdo con eso, ya que tendrán más contenido y más horas para ver lo que les gusta, pero créanme que eso siempre va a tener su cuota negativa, y es que el fútbol, como buen espectáculo que es, no debe exagerarse en cuanto a partidos, ya que el espectador, inconscientemente, podría ir perdiendo el interés.

A pesar de que me encanta este deporte, creo que yo no podría aguantar una cuota tan alta de partidos en el año, ya que como mencioné anteriormente, siento que me estoy saturando. En función a lo antes mencionado, creo que la solución es ser selectivo y no dejarme abrumar por los buenos cruces que el calendario ofrece en función del nuevo formato de Champions League. Creo que trataré de ver al menos un par de partidos por semana, los que yo considere que sean más interesantes, ya que si me enfoco en ver otros partidos de grandes equipos, definitivamente terminaré normalizando un espectáculo que debe ser medido y que se preste para la sorpresa, misma que se está perdiendo progresivamente.

Mientras escribía estas palabras, llegó a mí una sensación de cierta nostalgia en la que esperaba con ansias semanas e incluso meses para poder ver un partido decisivo entre grandes clubes/selecciones, partidos que, evidentemente, llegaban gracias a que podrían pasar estos clubes las instancias definitorias, y eso hacía que, sin dudas, el partido tuviera un matiz distinto. No es lo mismo un encuentro entre Bayern Múnich y Arsenal en una fase eliminatoria a tener que verlos en cuartos de final, semifinales o final, cosa que a fin de cuentas terminará pasando porque siempre los grandes estarán allí. Pero cuando ya los viste jugar en una fase eliminatoria o fase de Liga, sin dudas pierde un poco la cualidad de sorpresa.

Pero bueno, sencillamente son pensamientos que pasan por mi mente, de los cuales quizás estarás de acuerdo o quizás no. Era lo que quería compartir el día de hoy. Nos vemos en una próxima oportunidad.