CRÍTICA DE PELÍCULA: "Space Jam" (1996)

Sinopsis: Buscando innovar las atracciones de su parque de atracciones (Moron Mountain), un ambicioso y malvado proprietario alienígena encuentra su nueva adquisición en el planeta Tierra: Bugs Bunny y los Looney Tunes. En un intento por hacerlo, envía una pandilla llamada Nerdlucks para secuestrarlos y convertirlos en esclavos.

Uno de los mayores desafíos en cualquier película de trabajo basada en una mezcla resultante de la interacción directa entre actores reales y de dibujos animados es cuán convincente será esta idea para la audiencia que los mira. Aquí, esta técnica desafortunadamente no funcionó muy bien, pero sorprendentemente, el resultado final no es tan desastroso.

Bajo el pretexto de utilizar el mundo del baloncesto (especialmente el deporte como deporte en sí mismo) y sus jugadores como conectores centrales y el hilo principal de su narrativa, la película encuentra en la competitividad de las canchas de este deporte su punto de partida. El mundo animado encuentra en esta parte del mundo real una forma de proyectarse y, por absurdo que parezca, hacer que las cosas sucedan de una manera que fluya casi "naturalmente".

Los famosos, carismáticos y queridos personajes animados de Warner Bros. son en gran parte responsables de todo este lío divertido que es esta película. Como era de esperar, son el alma del proyecto y, desde el principio, la historia se centra en afirmarlos y reafirmarlos (sin realmente tener una gran necesidad... después de todo, este es un aspecto obvio) como figuras muy divertidas, locas y extremadamente divertidas que necesitan la ayuda de un humano para no ser "secuestrado" a otro planeta.

Encuentran en Michael Jordan la solución a sus problemas, y esta dinámica entre humanos y dibujos animados se convierte en el argumento central de la narrativa porque Jordan ahora vive en un mundo surreal donde cualquier cosa puede suceder. Al aceptar ayudarlos, la estrella del baloncesto no tiene idea del problema que está a punto de enfrentar. Esto se debe a que los villanos que propusieron un juego de baloncesto como desafío final (que decidirá el destino de todos) han robado el talento de otros jugadores famosos y hábiles de la NBA y ahora están en ventaja.

La dinámica del guión juega con la idea de tener un humano en medio de una multitud de dibujos animados durante una buena parte de su tiempo y esto a menudo funciona sin mayores problemas (por cierto, este es uno de los puntos más divertidos de la película), el Lo que comienza a molestar un poco es cuando la narrativa no puede desarrollarse mejor al no usar otros dispositivos y prefiere centrarse solo en bromas rápidas de humor físico (que no siempre funcionan). Por supuesto, cuando se trata de dibujos animados, esto sucedería, pero no tiene por qué ser el eje central del contenido cómico.

Por otro lado, toda la anarquía (y estoy hablando de mucha anarquía) que rodea la esencia de estos personajes locos y sus actos garantiza grandes momentos sin sentido y todo lo surrealista se vuelve creíble porque tiene sentido dónde está sucediendo. Vale la pena señalar que usar el baloncesto como escenario de este espectáculo fue una idea muy asertiva... No puedo imaginar que otro deporte se use tan bien en esta narrativa como esta.

Irónicamente, un punto débil es la presencia de lo que sería uno de los elementos de marketing más convincentes de la película, el propio Michael Jordan... que resulta ser un pésimo actor (mucho peor de lo que podría imaginar). Él juega actuando él mismo, pero realmente no puede establecer una didáctica interesante con los dibujos. Básicamente, es extremadamente artificial en todas sus escenas y tiene muy pocos buenos momentos.

Quizás este sea el fracaso del director Joe Pytka para dirigirlo mejor, pero su error no se limita solo a eso, porque durante la proyección de la película uno nota cuánto se pierde en cómo quiere mostrarlo. La película para el espectador. Hay cierta confusión en su trabajo y el peso del equilibrio en la narrativa está fuera de lugar, pero no todo es malo porque logra su objetivo final: entretener a las personas que lo están viendo.

Space Jam invierte en una buena producción, tiene requisitos técnicos muy interesantes para una película de este género (destacando los efectos digitales y la banda sonora) y, a pesar de los remordimientos, vale la pena verlo con el único propósito de entretenimiento sin aspiración. No es tan bueno como podría ser, pero no es una película tan mala para ser ignorada.